La casa se deja caer en la cima de una pequeña colina.
Hacia la puesta de sol, el terreno cae durante kilómetros, hasta que a lo lejos se eleva Sierra Espuña. La ladera este está colonizada por una pinada que separa la casa de la calle.
La intervención en la parcela es mínima. Toda la vivienda y los usos de exterior que requieren superficies planas se agrupan en una caja rectangular de hormigón de 26m. La pieza se empotra en la cima y vuela hacia las dos laderas. Un camino conecta la calle con la casa. El resto de parcela se mantiene como monte.
El clima es muy benigno; con las condiciones adecuadas, los espacios exteriores pueden ser disfrutados durante casi todo el año.
Se ha prestado gran atención al confort térmico natural, incorporando medidas como el control variable de soleamiento en función de la estación, la ubicación de la piscina elevada en la fachada sur, el rehundido de las fachadas este y oeste, la canalización de los vientos (muy frecuentes en el emplazamiento), el uso del agua para refrescar ambientes, la vegetación,…
El objetivo es una casa accesible, que se adapte a las diferentes necesidades de los usuarios a lo largo del año y de su vida útil.
La vivienda se desarrolla en planta baja. A través del patio se accede a la cubierta; disfrutando de las espectaculares vistas está la piscina y el solarium, la zona de barbacoa, el cenador,… Un pequeño almacén, un aseo-vestuario y la conexión con la vivienda a través de un ascensor aseguran la comodidad de su uso.
Todo el programa de vivienda se desarrolla alrededor de un patio central. El cierre sur del patio es una gran puerta corredera que permite abrirlo en su totalidad al monte y multiplicar su superficie y su uso.
En invierno se encuentra expuesto al sol de sur y protegido de los vientos. Por el contrario en verano un grupo de árboles de hoja caduca y un sistema de toldos se complementan para procurar sombra todo el día. Un pequeño estanque ayuda a refrescar el ambiente. La geometría y orientación de la caja de hormigón, y la disposición de las ventanas aseguran el aprovechamiento de los frecuentes vientos y la ventilación cruzada en todos los espacios habitables.
La zona de día se desarrolla como un único espacio que fluye entre el patio y el mirador de poniente. Una caída de agua desde la piscina de cubierta alimenta una alberca de algo más de cuatro metros cuadrados dotada de surtidores de aire y chorros de agua a presión.
Un sistema de tabiques móviles permiten independizar la cocina.
En la zona de noche sólo los baños son inamovibles. El resto de divisiones se realizan con tabiques secos y armarios; modificar la distribución en esta zona es razonablemente fácil y permite a la casa adaptarse a los cambios de necesidades de los usuarios.
Los dormitorios principales se abren a una terraza-mirador de levante encajada entre las copas de los pinos (que aseguran la privacidad de estas estancias).