Cuando nos llamaron para estudiar la posibilidad de construir la residencia Azahar de Archena, lo que más nos ilusionó fue constatar que nuestra preocupación y sensibilidad hacia el futuro usuario era compartida por los promotores. Se perseguía una «gran casa» que cada habitante pudiese sentir como propia, en la que se potenciase al máximo las relaciones humanas y el disfrute directo del entorno. Existía un acuerdo unánime en dotar al edificio de todos los espacios de relación y asistenciales que fuesen necesarios.
Azahar de Archena se levanta sobre una atalaya natural de la pedanía de La Algaida desde la que se domina el discurrir del río Segura por su valle, con la Sierra de Ricote como fondo de perspectiva. La luz y las vistas hacen del enclave un lugar privilegiado.